El mito de las agujetas
“En cuanto llegue a mi casa me tomo agua y azúcar que sino mañana las agujetas…”. Imagino que el que más o el que menos habrá confiado alguna vez en esta creencia popular basada en que, el agua azucarada, a través de su formula milagrosa, hace desaparecer las famosas agujetas de forma rápida y eficaz. ¿Tiene realmente sentido?. Vamos por partes.
¿Qué son las agujetas?
Agujetas es el nombre con el que se conoce a ese dolor desagradable, parecido al pinchazo de una aguja, (de ahí el nombre de agujeta) después de una carga de entrenamiento intensa.
Una de las grandes teorías al respecto de este fenómeno fue la impulsada por Assmussen, en el año 1956, en la que afirmaba que ese dolor posterior a un entrenamiento intenso (generalmente anaeróbico) era consecuencia del cúmulo de ácido láctico, un compuesto químico que se produce en el interior de la célula, como respuesta a un ejercicio intenso sin la presencia de oxígeno. Este ácido se acumula en las fibras musculares y cristaliza produciendo que el sistema nervioso lo asocie al pinchazo de una aguja.
Es por esto por lo que, a modo de recurso casero, el agua y azúcar o bicarbonato ayudaba a reducir ese estado de acidosis metabólica y por tanto, reducir las agujetas.
Sin embargo, aunque esta teoría ha estado vigente durante muchísimos años, a través de biopsias de fibras musculares y diferentes estudios, se ha demostrado que no existe ninguna presencia de dichos cristales. Otra evidencia clara de que esta teoría es falsa reside en que los pacientes de la enfermedad de Mc Ardle, los cuales son incapaces de generar ácido láctico, también padecen las dichosas agujetas.
Entonces..
Las agujetas son microroturas que se producen en las fibras musculares a causa de la inadaptación de nuestro sistema muscular a la carga física o al ejercicio realizado. Así pues, este dolor es debido a la inflamación correspondiente a una mialgia, que se acentúa de forma sustancial en el segundo día después de la carga de entrenamiento.
¿Cómo tratar las agujetas?
Partiendo de la base de que este dolor es debido a una inflamación, cualquier remedio antinflamatorio en principio sería eficaz como ciertos masajes terapéuticos que ayuden a disminuir la inflamación, o el calor, siempre es un buen aliado.
¿Las agujetas son perjudiciales?
Como hemos explicado anteriormente, las agujetas son consecuencia de una inadaptación del sistema muscular a la carga de trabajo.
Basándonos en el principio fundamental del entrenamiento físico (principio de sobrecarga), al aplicar a nuestro organismo un estímulo al que no estamos acostumbrados, nuestro cuerpo reacciona, adaptándose a este estímulo, creando valores de condición física superiores a los iniciales.
Así pues, la aparición de las agujetas es un síntoma inequívoco de que nuestro sistema muscular no estaba acostumbrado a ese estímulo y por tanto, el entrenamiento ha sido eficaz. Con esto no quiero decir que si no tenemos agujetas significa que no hemos entrenado correctamente, ya que, existen muchísimos parámetros de adaptación al entrenamiento físico (frecuencia cardiaca, consumo de oxígeno…). Ahora bien, si dichas agujetas persisten durante más de cinco días significaría que nuestro entrenamiento ha sido demasiado intenso y que por consiguiente, no sería beneficioso.
“Vale, pero yo me tomo el agua y azúcar y desaparecen…”
No todo en la vida tiene explicación… para todo lo demás One2One!
Pablo Leante
One2one Training